martes, 30 de junio de 2009

Leandro Penna: "Hay que ser agradecido"

Debutó en TV como el bañero de "El muro infernal". Hoy está en "Justo a tiempo" y actúa en "Alicia en el País de las Maravillas". Por: Laura Gentile, lgentile@clarin.com
Aunque uno lo ve tímido y solícito como asistente todo terreno en el programa de Julián Weich, Justo a tiempo (Telefé, a las 21.15), si se googlea Leandro Penna en la web aparecerá posando cual Adonis en traje, en ropa deportiva, en slip luciendo sus músculos con mirada recia, semidesnudo abrazando un carísimo bolso Louis Vuitton y hasta como uno de los chicos elegidos para el calendario Cosmo 2008.
El chico de 23 años que saltó a la fama como bañero de El muro infernal (ciclo de juegos conducido por Marley el año pasado) y que ahora suma teatro a su currículum (actúa en la obra Alicia en el País de las Maravillas, con Soledad Fandiño), llega a la entrevista en un Mercedes Benz.
Alborota a las mozas del bar mientras posa para el fotógrafo de Clarín. Winner total. Pero cuando comienza a hablar, en ese tono parsimonioso de relato aparece algo campechano y hasta como inocente. Aunque a él no le gusten los prejuicios que organizan: gente de ciudad= mala y corrompida; gente de campo= buena e ingenua.
Porque Leandro, el menor de cinco hermanos (tres hombres y dos mujeres) nació y pasó su infancia en un pueblo de Córdoba, criándose en el campo. "Era un indio ¿asegura¿, jugaba en el campo, me agarraba un caballo o armaba cosas, a los 13 me armé un auto, siempre fui muy de hacer la mía". Cuando terminó la primaria eligió ir pupilo a un colegio militar, porque pensaba que la disciplina impartida allí le serviría para su futuro. Hasta que el modelaje apareció en su vida ¿como reza el decálogo del buen modelo¿ de casualidad.
"Como soy medio adicto a comprar ropa ¿explica¿, iba siempre a un local, hasta que un día me dicen '¿no te animás a hacer la gráfica nuestra?'". El pago sería en especias, es decir, más ropa. Así comenzó. "En tres meses ¿resume¿, mi cara había empapelado todo Córdoba con tres o cuatro marcas distintas".
Cuando ya no tenía qué más vender en su provincia, decidió probar suerte en Buenos Aires. Llegó, solo, a los 18 años, para trabajar en la agencia de Ricardo Piñeyro. Enseguida salieron más campañas y viajes: México, Chile, dos meses en China, Corea, Dubai, Tailandia.
Un llamado de una asistente de Cris Morena para un posible papel en la tira Casi ángeles precipitó su regreso. Esa cita nunca se concretaría. En el medio apareció un casting para un programa nuevo, con una pileta... Se presentó y quedó en El muro infernal (Telefé).
La repercusión fue inmediata. "Hace siete meses que se terminó el programa y aún me siguen saludando como el bañero", asegura feliz. El dice que todo se lo debe a los productores, por la forma de trabajar, por la paciencia, por cómo lo ayudaron a aprender.
"La verdad es que soy un afortunado ¿afirma¿, que me hayan dado un lugar para que la gente me reconozca... Hoy estoy en una obra de teatro gracias a la oportunidad que me dieron Claudio Villarruel y Marley, yo nunca me olvido, hay que ser agradecido en la vida".
Es que de Alicia en el País de las Maravillas, la versión de Alicia Zanca sobre el clásico texto de Lewis Carroll, lo llamaron porque necesitaban a un bañero. Pero cuando vieron la repercusión que tenía en el público infantil, decidieron inventarle, además, un príncipe.
Leandro estudió teatro un tiempo con Julio Chávez, pero dejó. "Sentía que era agotador ¿explica¿, terminaba de grabar a la noche y de ahí me iba a la clase hasta la una y no me acostaba hasta las dos o tres, y al otro día de nuevo... A veces no lo disfrutaba y, a veces, no iba porque grabábamos tres programas en un mismo día".
Si se le pregunta por el origen de su vocación, arriesga: "Mi familia es medio artista, mi mamá fue Reina de la Cerveza en Villa General Belgrano, y mi hermana, Reina del Maní, en Hernando".
(clarín)

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