domingo, 31 de mayo de 2009

Un ciclo para calentar los motores

El programa que conduce Guido Kaczka agrega juegos y se prepara para convertirse en la previa de Talento Argentino y Susana Giménez
Guido Kaczka hace rugir los motores de la quinta temporada de El último pasajero , que comienza hoy, a las 19.30, por Telefé. Pone primera y habla sin freno sobre este ciclo, heredero de Feliz domingo , tuneado con nuevos juegos, que le dejará primero la posta a Talento argentino y luego a Susana Giménez. En esta hoja de ruta quizás haya el próximo 28 de junio un alto para cederle el paso a la transmisión de un programa especial con las noticias sobre los comicios. "Aún no sé si el canal decidirá emitir flashes o si realizará una emisión especial. En lo personal, creo que debería haber un mínimo de información con lo que está sucediendo", admite el actor, que hoy transita el camino de conductor y productor.

El último pasajero tiene como destino un viaje a Bariloche para toda la comisión de una escuela, en un camino con obstáculos: una guerra de tribunas, que se batirán en una multitudinaria cinchada; un duelo de profesores, que demostrarán su conocimiento; y un juego de destreza, que se grabará previamente, en el que los adolescentes competirán desde una altura de 50 metros. Además, dirá presente la clásica prenda en la que un miembro de cada comisión se somete a un -poco estético- corte de pelo, esta vez con soplete ("No creo que sea cruel; tiene que ver con el modo en el que los participantes lidian con la presión de su grupo").

En el espejo retrovisor de Kaczka hay más de veinte años recorridos por las rutas de la pantalla chica. Allí, este conductor, que no pudo ir de viaje de egresados porque debía cumplir con sus obligaciones laborales, hoy se dedica a regalar pasaportes al Cerro Catedral. "En el colegio no destacaba en nada, siempre era del medio, bien estándar", cuenta el ex alumno del Comercial Nº 20, de La Paternal.

"No creo ser un referente para los chicos. No soy parte de ellos, generacionalmente, aunque me paro como un hermano mayor. El último pasajero no es sólo para adolescentes, aunque los tiene como estrellas, sino que es un programa para todas las edades", opina Kaczka, mientras se abrocha el cinturón y brilla la luz verde del semáforo.
(lanación)

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